Desvío

Para viajar no hace falta maleta.

Solo voluntad y un poco de dinero

y un viento que sople en tu oreja y te diga “Volemos”.

Siempre es bueno viajar acompañado, pero en su defecto lo mejor es llevarse recuerdos                          

de otros viajes…

Para viajar hace falta imaginación

Cerrar los ojos y pensar “¿A dónde voy?”

Para viajar no hay que pedir permiso

El sol incinera al que se prepara y abraza al espontáneo viajero

Por un segundo pensas “Me olvido de algo” y luego entras en razón y decís “¿Qué me estoy llevando?”

Yo no se como viajar

Inseguro, digo

Lo primero que se me viene a la cabeza

El espacio es mi enemigo. El tiempo me lleva con él hacia atrás.

Ahora creo saber como viajar

Solo cierro los ojos

Un viaje interminable

Entre lagunas cognitivas y emociones devastadas

Una luna sin amor

Negra…

¿Viajé? ¿Soy olvido? 

Aquella Ilusión

Este es un poema que escribí a finales del año pasado (2010). La época en la que escribía con puntuación.

Aquella Ilusión

Descubrí aquella ilusión que guardás bajo la almohada.

Yo no sabía que tu miedo llegaba tan lejos.

Sabés que te vas a quedar dormida

y que no cabés ni en tus propios zapatos.

Sé que si me alejo no encontraré refugio.

Es todo horizonte.

Montaré una brisa

en la tormenta

y saldré más fuerte.

No creo que esté a salvo

pero tu amor me guardará

en una caja musical

de la que saldrán mil canciones.

“Vos eras mi vida”, decías.

No importa lo que digas, me tengo que ir.

Ya se hace tarde.

Cambiaste.

Ni te acercás.

Me voy

respirando mis recuerdos

sembrando nostalgia. 

Los Ojos De Esa Chica

hay algo particularmente cierto
en los ojos de esa chica
huele a ciudad
huele a sombra
en su mente, ella falta
todo es tan prescindible
las ilusiones, las pupilas dilatadas
asqueada, mirando la calle
se para y quiere apagarse
se sienta y quiere morir
arrancarse la garganta
en sus noches mudas, borracha
buscando pedacitos de alegría
le gustan los puerco espines
y no especula
si saldrá el sol
se esconde
tras una sábana de lágrimas
ahogando los recuerdos
silbando aquella canción
que cantaba su hermana

¿Quién (mierda) soy?

Ni yo sé quién soy. La verdad es que me pregunté muchas veces quién soy. Parece que los otros me conocen más a mí, que yo a mí mismo. Esas búsquedas infructuosas, las preguntas retóricas... que me guardo para mí solo. Ya acumulé demasiadas cosas. Angustias, alegrías, todas emociones contenidas. Es momento en el que me ponga de frente a mis cuadernos y poner todo lo que piense. Ni una palabra más ni una palabra menos. Quizás, el tiempo me dé la respuesta a este primer interrogante. Tengo miedo de morirme si algún día lo contesto.